EL MUNDO DE ODISEO

-."¿Saliste anoche?".- -."Sí" la pregunta poseía una leve carga de responsabilidad, de preocupación, de invitación a la vida, pero no  para R sino por si mismo. Hacia ya más de dos años que la relación había cambiado, y lo hizo  de manera tortuosa, dolorosa, imposible. -."Sí, salí, pero no anduve buscando sexo, ni siquiera compañía.  Me dediqué a caminar, a mirar a la  gente".- R. había descubierto el secreto maléfico capaz de ennegrecer las alas de un ángel, consiguió entrever la sombra de la absoluta soledad. .-" ¿En serio?".- le preguntó su ex amante con su mirada incrédula, con sus ojos marrones y grandes y con la cotidiana dureza de aquel que en el fondo se tiene a si mismo como opción primera. -.¿Y  qué mas da?".- R. se marchó , se volvió sobre sus propios pasos, sin esperar nada, sin querer ya nada porque precisamente ahora ...ya es tarde. No hay nuevas oportunidades no hay momentos gloriosos por llegar...no hay nad

         R. se echó sobre la cama creyendo que el cambio de posición le transportarla a otro estado diferente de modo mecánico. Realmente así fue, un peso extraño sobre su mente, como un manto de plomo, le hacia perder la consciencia, sin saberlo, sin darse cuenta. De modo inevitable. De esa misma manera se encontró sentado sobre un banco, en un parque fresco y verde, un lugar donde la luz no era demasiado fuerte ni tampoco se podía decir que había oscuridad. R. estaba soñando que había muerto. -. "¿Que hago aquí? ¿estoy muerto?.- sí que lo estaba, en el fondo conocía todas las respuestas. Se llegó al punto definitivo, al estado último, a la entelequia de la propia muerte. -.¿Qué va a pasar ahora?.-          R. no se atrevía a moverse del banco, sentía un miedo atroz a desaparecer, a disolverse como una voluta de humo en el aire, a ser nada. Aborrecía profundamente todas esas mierdas de la consciencia universal, o de formar parte de un todo  eterno. No. Quería persisti

         He vuelto a mirar unas fotos que nos hicimos juntos y, es curioso, ya se adivinaba en mis ojos la tristeza. Tal vez fue un resentimiento, un instante de duda, algo así como la minúscula fisura que provocará la rotura definitiva de una luna de vidrio, pero la mirada plasmada en los pixels de mi pantalla me arrastró hacia lo más oscuro de mi memoria.          No es que quiera ser negativo, o mordaz, ni tan siquiera pretendo llegar a la nostalgia, pero ...no fue justo.  Desde el principio me arrastraste tras de ti. .-"Mil océanos no pueden apagar el rescoldo de un incendio que tuvo lugar en el interior del alma".- Ahora, parece mentira, después de tanto tiempo, estoy en plena lucha conmigo mismo para no mirar hacia atrás, para no caer en el miserable pecado de la esposa de ese mítico Lot. La mujer que miró hacia atrás, llena de morbo, de la propia desvergüenza de la curiosidad, de...lo que sea.  Aquella pobre mujer se convirtió en una estatua de sal. Tal vez

         Minúsculas esferas de polen se deslizan y ruedan sobre la superficie  roja de los pétalos de las rosas. Seres infinitesimales amantes en si mismos, ofensivos y hermosos, que cubren a la flor de un misterioso esplendor primaveral. -."Me gusta caminar en las tardes de otoño, me gusta saber que existes, que te manifestarás con el esplendor de la vida".-          Seguí caminando lentamente, acariciando las aceras con mis ojos, sintiendo el verde de los setos, de los jardines, de las esperas estacionales, rozando con mi rostro el aire que sumerge a una realidad que quiere dejarse sentir, que deja de ser transparente. -. "Por detrás de las tapias de un alma escondida, viven los sueños más puros y dinámicos de mi existencia".-          Entonces ocurrió el momento mágico, el segundo en el que ocurrió la aparición de tu sonrisa, de tu caminar alegre y fuerte.  Me das la vida sabiendo que la vida no es un sustantivo, sino un verbo.

         Amar en la distancia es desear vivir sueños que se escapan. Amar en la distancia es mirar por encima de tapias misteriosas, asomarte en jardines imaginarios, desear permanecer en un tiempo inerte, como las agujas de un reloj parado, como el campanario de un pueblo sumergido en las profundidades de un pantano maldito. -."No sé cuanto aguantaré así".- le dije apretando el auricular al oído, queriendo sentir su mejilla en mi rostro desolado. -."Qué me quieres decir con eso...".- me das risa, me haces una pregunta retórica, deseando escuchar la respuesta que tú mismo buscas como hace un maestro viejo en una clase de párvulos. -."quiero decir que no puedo seguir...porque yo soy capaz de amar ".-          Sí, soy capaz de amar, pero no de vivir religiones amando a seres invisibles, confiando un una fidelidad revelada, que se basa en la fe del que sólo mira con el espíritu y no con el cuerpo. -."Tenerte en la distancia es no tener