MÍRAME

         Aquella mañana, R. se sintió viejo por vez primera. Se miró en el espejo y , no se trataba de las arrugas ni de los ojos entristecidos por sombras...ni siquiera la escasez de pelo. No. Se descubrió sencillamente diferente. Miraba con atención aquel rostro de señor mayor, de persona extraña y extrañada, y llegó a sentir miedo.
-."No sé realmente qué me ha pasado. Me doy miedo a mi mismo".-
Realmente sintió miedo, y desde ese mismo momento no  pudo evitar pensar en su propia vejez, en su propio fin. 




         La vejez es un estado propedéutico, un momento intermedio entre la plenitud y la nada.
-."De pequeño me dijeron que llegar a viejo era una meta. Era el momento de la paz y de la sabiduría, el lugar de la perfección. Pero me han engañado".-

-"¡Qué injusto es dejarse matar por el propio tiempo, sentir cómo el empuje de los fluidos  eternos desgastan las aristas y los ángulos que hermoseaban las formas de mi alma!".-

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