CANTO TERCERO
Te acercas al momento culminante, al espacio de no retorno, al último paso de tu vida. Se aproxima la barrera definitiva que corta el proceso de tu existencia, y no lo quieres saber, no quieres mirarlo, ni pensarlo. Han sido muchos años, pero todos tan cortos, tan pequeños, tan minúsculos en un mundo que parece no acabar , no querer terminar. Tus manos son débiles y torpes, aquellas mismas que eran la encarnación de la fuerza y el acto certero. Tantas veces fueron creadoras de pequeños y grandes mundos. Tos ojos grises se han vuelto opacos, y lo que eran diamantes son ahora dos guijarros dulces y pulidos por el rio de las circunstancias. Y cuando presiento tu final siento miedo, miedo por ti y también por mí, tengo miedo a morir, no soy un héroe, ni un mártir, ni quiero serlo. Ver cómo se termina tu vida me hace acercarme al filo del precipicio de mi propia existencia, de mi propia desesperación. Y me embarco en las naves de la fe, esperando los vi