UN VIAJE DE VACACIONES
Cuando llegó por fin a su ciudad, se encontró un mundo devastado. El camino fue largo, mucho. El cansancio había estado machacando su frente cada minuto, pero la fuerza de una ilusión le empujaba a seguir con esperanza. ¡Cómo deseaba volver a mirar aquellos ojos dulces de un hijo! ¡qué profunda alegría el escuchar las palabras afectuosas de las personas que siempre amó! Pero se ve que el tiempo no perdona, ni la distancia. Los años no sólo han caído a peso sobre sus fuerzas, sino también han rasgado los sentimientos de los otros. En su alma esos sentimientos han permanecido imperturbables, pero tenía que ser consciente de que en el resto del mundo no. Una gran ola ha debido de apagar el amor, el viento del norte no perdona, arrasa con sus manos frías todo aquello que daba calor al alma. El viajero ha de volver a deshacer su camino, sin ni siquiera abrir su pequeña maleta. Ha descubierto que su antiguo hogar ha dejado de existir para siempre. Es