UN VIAJE DE VACACIONES
Cuando llegó por fin a su ciudad, se encontró un mundo devastado. El camino fue largo, mucho. El cansancio había estado machacando su frente cada minuto, pero la fuerza de una ilusión le empujaba a seguir con esperanza.
¡Cómo deseaba volver a mirar aquellos ojos dulces de un hijo! ¡qué profunda alegría el escuchar las palabras afectuosas de las personas que siempre amó!
Pero se ve que el tiempo no perdona, ni la distancia. Los años no sólo han caído a peso sobre sus fuerzas, sino también han rasgado los sentimientos de los otros. En su alma esos sentimientos han permanecido imperturbables, pero tenía que ser consciente de que en el resto del mundo no. Una gran ola ha debido de apagar el amor, el viento del norte no perdona, arrasa con sus manos frías todo aquello que daba calor al alma.
El viajero ha de volver a deshacer su camino, sin ni siquiera abrir su pequeña maleta. Ha descubierto que su antiguo hogar ha dejado de existir para siempre. Es necesario volver a tomar trenes, a conducir como un loco sin saber cual será el destino.
Una lágrima fugaz recorrió el sendero de su rostro , para caer y fundirse en el suelo gris del asfalto. La calle se hizo de golpe demasiado ancha, demasiado extraña.
Antes de marcharse dejó un trozo de papel sobre la mesa marrón del comedor.
-."Querido hijo, me vuelvo a marchar. Voy a mi casa, que ya no sé donde está. Antes de partir os dejo un beso y un abrazo para siempre y prometo ser el genio de los cuentos, ese que aparece con solo invocarlo. Me pesa en el corazón el tiempo y los años, y quisiera estar aquí, pero mis ojos y mis sentimientos me muestran paisajes vacíos y silenciosos. No puedo arrastrarme para suplicar amor, sencillamente porque a mis años, si me derrumbo no podré ya levantarme y será mi fin. Pero estad seguros que si las fuerzas no me fallaran, me arrastraría y lo suplicaría, porque sin amor no se puede vivir. No se puede amar al vacío, ni a las ideas, ni a las patrias, sólo se puede amar a las personas. Ese amor es incondicional. Me marcho con el corazón desgarrado, pero eso es cosa mía, se arreglará. Ya sabéis que un padre lo arregla todo. Perdonadme por hacerme llamar padre, pero lo soy"-
Antes de llegar a la puerta, para re emprender su camino, se volvió y tomó nerviosamente de nuevo el bolígrafo.
-"Volveré, por favor no me olvidéis, ni dudéis jamás de mi amor".-
¡Cómo deseaba volver a mirar aquellos ojos dulces de un hijo! ¡qué profunda alegría el escuchar las palabras afectuosas de las personas que siempre amó!
Pero se ve que el tiempo no perdona, ni la distancia. Los años no sólo han caído a peso sobre sus fuerzas, sino también han rasgado los sentimientos de los otros. En su alma esos sentimientos han permanecido imperturbables, pero tenía que ser consciente de que en el resto del mundo no. Una gran ola ha debido de apagar el amor, el viento del norte no perdona, arrasa con sus manos frías todo aquello que daba calor al alma.
El viajero ha de volver a deshacer su camino, sin ni siquiera abrir su pequeña maleta. Ha descubierto que su antiguo hogar ha dejado de existir para siempre. Es necesario volver a tomar trenes, a conducir como un loco sin saber cual será el destino.
Una lágrima fugaz recorrió el sendero de su rostro , para caer y fundirse en el suelo gris del asfalto. La calle se hizo de golpe demasiado ancha, demasiado extraña.
Antes de marcharse dejó un trozo de papel sobre la mesa marrón del comedor.
-."Querido hijo, me vuelvo a marchar. Voy a mi casa, que ya no sé donde está. Antes de partir os dejo un beso y un abrazo para siempre y prometo ser el genio de los cuentos, ese que aparece con solo invocarlo. Me pesa en el corazón el tiempo y los años, y quisiera estar aquí, pero mis ojos y mis sentimientos me muestran paisajes vacíos y silenciosos. No puedo arrastrarme para suplicar amor, sencillamente porque a mis años, si me derrumbo no podré ya levantarme y será mi fin. Pero estad seguros que si las fuerzas no me fallaran, me arrastraría y lo suplicaría, porque sin amor no se puede vivir. No se puede amar al vacío, ni a las ideas, ni a las patrias, sólo se puede amar a las personas. Ese amor es incondicional. Me marcho con el corazón desgarrado, pero eso es cosa mía, se arreglará. Ya sabéis que un padre lo arregla todo. Perdonadme por hacerme llamar padre, pero lo soy"-
Antes de llegar a la puerta, para re emprender su camino, se volvió y tomó nerviosamente de nuevo el bolígrafo.
-"Volveré, por favor no me olvidéis, ni dudéis jamás de mi amor".-
Comentarios