EL MAGO BLANCO
El Mago Blanco apareció una noche de primavera, deslizando sus pies entre las pulidas piedras del río. La noche fue incapaz de cubrir la blancura de su presencia y sus manos acariciaron la superficie mística de las lagunas telúricas de la montaña. Cada uno de sus pasos era el resurgir de los espíritus del bosque. Fueron sus ojos de agua los que miraron un mundo que parecía yermo y desolado, y el susurro de su voz hizo que las almas se levantaran, mirando hacia un crepúsculo de oro y esmeralda.
El Mago blanco admira la belleza de todo lo que ve, de todo lo que escucha, sus delgados y níveos dedos son capaces de arrancar música de seres inertes, que se llenan de vida en su presencia. La dulzura de sus palabras mueve un cosmos entero llenándolo de esperanza y del cristal azul de la bóveda del cielo.
Lleno de un poder inmenso, desconocido para sí mismo, sólo es vulnerable a una cosa, sus ojos claros son incapaces de descubrir su propio reflejo en las mismas aguas en las que se sumerge. Rompiendo el techo de las lagunas cristalinas se adentra en mundos desconocidos , pero el suyo propio queda oculto como gruta llena de tesoros escondida para los mortales.
El Mago Blanco , lleno de inocencia y amor, no sabe que es él mismo el que colma de belleza todo aquello que percibe su presencia.
-."Yo te invoco Mago pleno de amor, no apartes tu mirada de mi ser, no dejes que el viento arrastre mi presencia de tus pensamientos, no permitas que el poderoso sol del Septentrión disuelva el verde prístino que invade mi vida. Sabes Mago Blanco que no hay ser más puro que tú, que tu alma es marcada por el paso de la vida como una delgada lámina de plata, pero la hermosura de tu espíritu quedará impoluta. Déjame sentir la sombra de tu presencia en las solitarias noches de luna llena. Seguir contemplando tus ojos transparentes, diamantinos y hermosos".-
El Mago blanco admira la belleza de todo lo que ve, de todo lo que escucha, sus delgados y níveos dedos son capaces de arrancar música de seres inertes, que se llenan de vida en su presencia. La dulzura de sus palabras mueve un cosmos entero llenándolo de esperanza y del cristal azul de la bóveda del cielo.
Lleno de un poder inmenso, desconocido para sí mismo, sólo es vulnerable a una cosa, sus ojos claros son incapaces de descubrir su propio reflejo en las mismas aguas en las que se sumerge. Rompiendo el techo de las lagunas cristalinas se adentra en mundos desconocidos , pero el suyo propio queda oculto como gruta llena de tesoros escondida para los mortales.
El Mago Blanco , lleno de inocencia y amor, no sabe que es él mismo el que colma de belleza todo aquello que percibe su presencia.
-."Yo te invoco Mago pleno de amor, no apartes tu mirada de mi ser, no dejes que el viento arrastre mi presencia de tus pensamientos, no permitas que el poderoso sol del Septentrión disuelva el verde prístino que invade mi vida. Sabes Mago Blanco que no hay ser más puro que tú, que tu alma es marcada por el paso de la vida como una delgada lámina de plata, pero la hermosura de tu espíritu quedará impoluta. Déjame sentir la sombra de tu presencia en las solitarias noches de luna llena. Seguir contemplando tus ojos transparentes, diamantinos y hermosos".-
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