DE NOCHE

       Una extraña guerra de calesas tuvo lugar aquella noche. Los vehículos giraban con  crueldad, gritaban sus ruedas al contacto con las piedras y los cantos rodados. Las mulas huían de si    mismas, arrastando a toda velocidad aquellos objetos, que dejaron de ser estraños no se sabe cuándo. Nadie supo, en la villa, quienes eran los viajantes de aquellos carruajes, nunca más se vió algo así. Pero, lo que sí quedó claro en los ojos de todos los testigos, es que fué un espectáculo terrible.

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