EL ANCIANO DE LOS DIAS
En el momento menos esperado, en el instante menos preciso surge la idea, el destello misterioso que ilumina a la razón cosificada por la rutina.
-."Soy un hombre normal, un ser anodino, una persona gris, pero soy capaz de pensar, imaginar nuevas realidades, nuevas Historias".-
Y R. caminaba despacio, con la mirada perdida en el gris de las aceras desgastadas, carcomidas por los pasos de seres anónimos, de personas indiferentes a sus propias existencias. No quiso pensar demasiado, sólo dejarse llevar por el momento, por la ilusión de un espacio interior, por el frío de los inviernos que nunca existieron.
-."Sólo deseo imaginar, soñar que no es este mundo el que me ha tocado vivir, el que se me ha impuesto para respirar".-
Seguir soñando para que esos sueños se materialicen, se hagan algo patente y eterno porque los sueños deben realizarse y deben dejar de ser efímeros. Sus pasos le llevaban a lugares inesperados, a un crepúsculo rojo en el recortado horizonte de la ciudad, en la inalcanzable lejanía de un cemento coloreado por el aire de la tarde, por las sensaciones hirientes de la primavera que empezaba a surgir.
-."Soy un hombre normal, un ser anodino, una persona gris, pero soy capaz de pensar, imaginar nuevas realidades, nuevas Historias".-
Y R. caminaba despacio, con la mirada perdida en el gris de las aceras desgastadas, carcomidas por los pasos de seres anónimos, de personas indiferentes a sus propias existencias. No quiso pensar demasiado, sólo dejarse llevar por el momento, por la ilusión de un espacio interior, por el frío de los inviernos que nunca existieron.
-."Sólo deseo imaginar, soñar que no es este mundo el que me ha tocado vivir, el que se me ha impuesto para respirar".-
Seguir soñando para que esos sueños se materialicen, se hagan algo patente y eterno porque los sueños deben realizarse y deben dejar de ser efímeros. Sus pasos le llevaban a lugares inesperados, a un crepúsculo rojo en el recortado horizonte de la ciudad, en la inalcanzable lejanía de un cemento coloreado por el aire de la tarde, por las sensaciones hirientes de la primavera que empezaba a surgir.
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