AMAR A UN HIJO
Quiero que sepas que el tiempo pasa, esto ya lo sabes, pero es necesario que seas consciente de ello. Que el tiempo se desliza como las gotas de lluvia en los vidrios del alma, arrastrando las minúsculas partículas del dolor y la desesperanza. Algún día sabrás que el dolor deja unas cicatrices invisibles en el espíritu que te acompañan de por vida y que las sientes cuando acaricias las emociones internas de tu existencia. La perspectiva que me han dado los años ha sido muy rica, porque he sabido elevarme por encima de los vastos campos de la soledad y del abandono. El erial de aquellos momentos perdidos me enseñaron muchas cosas, igual que un anacoreta retirado en el desierto antiguo de las tierras turcas, me encontré con un ángel que ha sabido guiar mis pasos, apareciéndose de modo imprevisible y llenando de belleza el aire en el que vivo sumergido. Pero si algo he aprendido es a amar, porque el amor no es sólo un sentimiento, no se siente, se vive. Los sentimien