EL TIMÓN
R. no era consciente de sÍ mismo, de sus emociones o de sus sentimientos. simplemente se limitaba a sentir, a amar, a odiar, a esperar, a sufrir o disfrutar. Vivía inmerso en una marea , en un torbellino de pasiones, de esperanzas y de frustraciones que hacían de su vida algo semejante a una montaña rusa. Le faltaba la perspectiva de si mismo, le faltaba concocerse...amarse. -."vivo en una tensión constante. No sé qué va a pasar y cómo podré solucionar lo que me ocurra"-. Al caminar por las calles miraba siempre de forma perdida al horizonte. Fue una decisión personal: no quería desafiar al mundo mirándole fijamente, porque el mundo es hostil, cruel. -."No quiero provocar situaciones".- Pero sabía que tenía que ser testigo de si mismo, observador de sus estados anímicos, y para ello comenzó un intenso proceso de introspección, de autoconocimiento. -. "quiero saber cómo soy, cómo siento, cómo vivo".- En años d