EL ALQUIMISTA

         Igual que un alquimista, cierro la puerta detrás de mí y encierro mi espíritu en lo más recóndito de mi existencia.  Sólo entonces es el momento de hacer nacer maravillas, prodigios.  El plomo ha de perder su sustancia para transformarse en oro, para producir el paso desde la más simple materia a la esencia de la realeza pura.  Y tomo en mis manos los instrumentos necesarios que generan las magias imposibles, para transfigurar las partículas de la vivencia, el recuerdo enmarañado que ha surgido  en el transcurso de una vida que es cada vez más fugaz.
         Es la alquimia vital, la química verdadera, la más necesaria y la única capaz de hacer hermosos los latidos del corazón. Mirar al mundo con un electrón de más, convertir el gris en el brillo divino y construir con él la joya más preciada que ha de pesar sobre mi pecho.







.- "Me levantaré al alba sintiendo el tacto cálido del oro creado en mis pensamientos y, como un nuevo Midas, convertiré en oro todo aquello que roce mi presencia, todo lo que mis ojos perciban y mis oídos escuchen. Todas las cosas serán en si mismas meta de la vida, porque todo cobrará un prodigioso valor.-

         Y, al salir de ese oculto laboratorio que yace bajo la tierra del alma, soy capaz de percibir el día como la nueva aurora, la última y definitiva.

Comentarios

Entradas populares de este blog

VIENTO

TU AMOR

LA ROSA