EL VIAJERO
No sé cuantas horas llevo ya de viaje, o son días...pero da igual. Me da la impresión que todo se resume en esto, en ir hacia algún sitio. Es sorprendente cuando te das cuenta de que realmente te llevan, siempre imaginé que te dirijes hacia donde tú quieres...pero no es así. Confias en ir hacia algún lugar, deseado o no. En realidad te transportan, te conducen otras personas. Entonces, es el momento de encontrarte con la realidad: que estás a disposición de otros. Recuerdo una historia que escuché alguna vez, aquella del antepasado de un conocido; me contaba que su abuelo murió de forma súbita, mientras viajaba en un calesín. El caballo siguió arrastrando el vehículo, hasta que le llevó de vuelta a su casa. Era sólo un caballo.
El día que te conocí pensaba que era yo el llevaba las riendas de mis sentimientos y de mi vida. Siempre pensé que era yo mismo, el que tomaba decisiones, y hasta me sentí culpable en alguna ocasión. Ahora, en este instante de mi vida, me encuentro muerto, transportado en un calesín de sentimientos y arrastrado por un corazón que no es el mío. Pero es así, la vida es ese instante preciso del presente, porque lo demás... no es sino dejarse llevar.
El día que te conocí pensaba que era yo el llevaba las riendas de mis sentimientos y de mi vida. Siempre pensé que era yo mismo, el que tomaba decisiones, y hasta me sentí culpable en alguna ocasión. Ahora, en este instante de mi vida, me encuentro muerto, transportado en un calesín de sentimientos y arrastrado por un corazón que no es el mío. Pero es así, la vida es ese instante preciso del presente, porque lo demás... no es sino dejarse llevar.
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