BELLEZA
Es curioso pero siempre he sido de esos que afirman que la belleza es una cualidad del interior de las personas. Seguramente esto no es más que una contaminación platónica de mis sentimientos, o. simplemente que la idea de lo bello es algo que nunca se posee del todo, como el bien o lo justo.
Pero cuando lo vi casi me quedo sin respiración. sus ojos grades y rasgados, sus pómulos marcados, su mentón cuadrado, fuerte y sus labios perfectos . No es fácil describir una sinfonía perfecta, o cuando descubres un lugar maravilloso en el bosque. Pero lo más bello es la inocencia, el candor, la sencillez. Sólo los perfectos se pueden permitir el lujo de ser sencillos, de ser espontáneos, de ser ellos mismos. Esa sencillez que permite mirar di rectamente a los ojos sin ser agredido por los rayos de una belleza casi divina.Y la armonía total del cuerpo, de los movimientos, de las pausas. Tal vez sea esa belleza la que les da seguridad, la que les da firmeza en cada uno de sus gestos.
Y es esa naturalidad la que realmente enamora, una belleza que no es hiriente, que no pretende competir ni destacar, que nace de los poros de una piel llena de sensibilidad. Esa es la verdadera manifestación de la belleza. Al final creo que me quedo con ese interior, porque es auténtico. Otra vez la materia ha engendrado al espíritu.
Pero cuando lo vi casi me quedo sin respiración. sus ojos grades y rasgados, sus pómulos marcados, su mentón cuadrado, fuerte y sus labios perfectos . No es fácil describir una sinfonía perfecta, o cuando descubres un lugar maravilloso en el bosque. Pero lo más bello es la inocencia, el candor, la sencillez. Sólo los perfectos se pueden permitir el lujo de ser sencillos, de ser espontáneos, de ser ellos mismos. Esa sencillez que permite mirar di rectamente a los ojos sin ser agredido por los rayos de una belleza casi divina.Y la armonía total del cuerpo, de los movimientos, de las pausas. Tal vez sea esa belleza la que les da seguridad, la que les da firmeza en cada uno de sus gestos.
Y es esa naturalidad la que realmente enamora, una belleza que no es hiriente, que no pretende competir ni destacar, que nace de los poros de una piel llena de sensibilidad. Esa es la verdadera manifestación de la belleza. Al final creo que me quedo con ese interior, porque es auténtico. Otra vez la materia ha engendrado al espíritu.
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