LA MANO
No puedo evitar volver una y otra vez al museo, para contemplar siempre el mismo fenómeno: la mano caída de la estatua de una diosa. Esa mano fina, suave, brillante, que en su interior contiene venas de piedra, sangre de piedra y una juventud eterna. La mano de la diosa descansa sobre el velo de su muslo. Sus yemas a penas tocan el tejido de mármol de una clámide arañada en la piedra, . En aquellos dedos maravillosos y fríos se descargan milenios de amor, de sus extremos nacen los rayos de una luz invisible y esperanzadora.
Mano de diosa, una diosa que jamás existió, y que fue negada tantas veces como adorada, una diosa que avanza mirando hacia el ocaso de un cosmos hecho de oro y zafiro. Cada vez que la contemplo presiento que se va a mover, que los dedos han cambiado en aquellos instantes en los que mis pensamientos se han perdido en las llanuras arrasadas de mi soledad.
.-"Diosa, madre eterna de la eterna tierra, madre efímera del efímero cielo,
tiende la mano y deja caer las partículas hermosas de los rubíes que
riegan tu corazón inmóvil.
Diosa, la más hermosa de las no-criaturas, infunde al silencio del universo
el golpe de un pálpito singular y silencioso".-
Mano de diosa, una diosa que jamás existió, y que fue negada tantas veces como adorada, una diosa que avanza mirando hacia el ocaso de un cosmos hecho de oro y zafiro. Cada vez que la contemplo presiento que se va a mover, que los dedos han cambiado en aquellos instantes en los que mis pensamientos se han perdido en las llanuras arrasadas de mi soledad.
.-"Diosa, madre eterna de la eterna tierra, madre efímera del efímero cielo,
tiende la mano y deja caer las partículas hermosas de los rubíes que
riegan tu corazón inmóvil.
Diosa, la más hermosa de las no-criaturas, infunde al silencio del universo
el golpe de un pálpito singular y silencioso".-
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