EL APARTAMENTO III

       Me pareció que aun estabas ahí, creí oir tu respiración y sentir el olor de tu sudor. Pero no. Te marchaste tras el golpe seco de la puerta. Tumbado boca arriba miro hacia el techo, me parece lejano, inaccesible, y recuerdo tu calor. Ahora llega el tiempo de la espera, del deseo contenido, del anhelo de tu voz, Entonces también, descubro que me haces grande, fuerte, invencible. Que el amor deja un rastro espiritual, algo así como una luz, un aura en todas las cosas. La brisa de junio entra por la ventana que dejaste abierta. Un viento milenario acaricia mi torso, me rodea y me envuelve en un estado numinoso.



       Ahora soy más persona, más "yo" que nunca. y me toco las palmas de las manos, para asegurarme de que aun estoy inmerso en la realidad.

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