EFECTO DOMINICAL
Quizá fuese esa extraña melancolía que produce la lluvia de Mayo. Aquellas mañanas frías, grises y de aire fresco, que son capaces de vaciar la mente mientras miras por la ventana. En aquellas mañanas dominicales es extraño ver a lo que te acostumbras desde Abril: viandantes, niños saltando y alguna que otra vendedora de lirios ambulante. No estoy parado por motivo alguno, es el efecto del domingo; el día al borde del precipicio de la semana.
¿Qué tiene el domingo? El domingo es como una especie de relación sin caricias. Vienes de salir con el viernes y enamorarte con el sábado, con la tranquilidad que da la libertad del día siguiente, para romper con el domingo que te deja con una nota pegada en el techo de tu cuarto, sin más información que la de un libro en blanco. Es ese blanco de los motivos tan difícil de colorear que me vuelve apático y un tanto asténico mientras deslizas tu dedo, mojado en el amargo café, por el borde de aquella taza a la que tanto envidias porque la cerámica no sabe qué día es.
Sabes que si fuese verano, cuando los días se vuelven amantes a todas horas, el domingo sería tu amor de toda la vida, esa que te acompaña simplemente con su compañía mientras no necesitas decirle nada para saber cómo está y cuánto la necesitas. Sin darte cuenta, en la taza ya solo quedan restos de manchas pegadas por el borde y el fondo, que estás bajo el cielo gris andando sin motivo ni rumbo, simplemente dejándote llevar por aquellas 24 horas en las que todo el mundo parece haber sucumbido a la tranquilidad del hogar, donde otros se abrazan mientras conectan el desayuno con el almuerzo.
Es el efecto de los domingos, de los domingos ordinarios, una mezcla de indecisión y falta de lívido; una benzodiazepina sin receta que te ennorta una vez a la semana. No sé, quizá ese efecto fuese necesario para recordarnos las sensaciones buenas del resto de los días. Quizá sea nuestro día para redimirnos, para conectar con nosotros mismos, recordándonos cuán poco nos conocemos.
Ves algunos restos de lo que ayer sábado debieron de ser rayos de sol y sabes que es un ciclo que volverá a comenzar.
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