EL MUNDO DE ODISEO

         Hay algo que llena todas las cosas, que ocupa todos los rincones del cosmos, de la mente, de los seres, algo capaz de otorgar  sentido el movimiento de las partículas del polvo,  con sus pequeñas presencias bajo el hiriente rayo de luz vespertina. Hay algo, que no soy yo, ni mis pensamientos, ni mis miedos, ni mi imaginación, que está presente en la infinidad del infinitivo, y miro hacia mis espaldas intentando encontrarlo, sumergiéndome en el agua misteriosa de lo real y de lo suprarreal. -."No sé qué eres o quien eres.- pensó R.con intensidad, con amor, con la esperanza de aquel que ve surgir un horizonte en la eterna lejanía de lo desconocido. -."Sé, con seguridad, que das el sentido a las cosas, que diriges mis pasos aunque yo tenga una venda en mis ojos, la venda de mis conocimientos , de mis saberes aprendidos o aceptados".-          Entonces R. detuvo su camino al descubrir que el final de todas las cosas, de todos los seres son ellos mismos,

         No hay nada estable en la vida. Nada permanece tal como lo abandonamos para después observarlo. Nada puede permanecer, sabiendo que todo es materia, y lo material es puro cambio.                      Esos son nuestros temores, pretendemos elaborar la película eterna de nuestras existencias, seguir el guión escrito por nosotros, o por el destino. Pensamos que los encuadres ya los conocemos, que todo se ve de la misma manera como lo hemos observado en nuestra escasa existencia. Pero Llega el descubrimiento de la verdad, el asomarse tras el escenario para descubrir la negritud de la nada, es la nada lo único que está establecido. Y es entonces cuando nacen los miedos, porque el miedo es el sentimiento de creer que algo es absolutamente incontrolado.          R. sentía miedo de si mismo, de no ser capaz de percibir las situaciones para poder dominarlas y hacerlas suyas. Ese miedo paralizante, que ciega la vista colocándole un filtro turbio , como un cristal sucio en

         Sé que me buscas, estoy convencido de que tus ojos arrastran piedras para encontrar polvo de oro, que apartan las ramas de una selva oculta, en la que se dibujan las sombras de mis actos. Sé que estás ahí, tras las esquinas de mi ciudad, esperando escondido en los rostros curiosos y desconocidos de los transeúntes, en las manos que acarician las barandillas sucias de escaleras grises y tortuosas.           Y yo quiero que me encuentres, que sepas quien soy, que pronuncies mi nombre, haciendo temblar el aire de los tiempos futuros. Quiero que me descubras, como hacen los exploradores de los cuentos, como un arqueólogo del siglo pasado que busca el tesoro empolvado de reyes muertos. -."No sé qué hacer, ni qué pensar siquiera. Sólo me queda esperar, ver cómo pasa la vida y se escurren las horas por mi rostro, por mi cuerpo, sentir el arañazo de los años marcando la superficie de mi superficie".-           Seguiré enterrado en la masa de millones de partículas

         Hacía ya varias semanas que R. no tuvo noticias suyas. Era extraño, pasar de un torrente de palabras, risas e ilusiones al mar negro, calmado y yermo del silencio. R. decidió dar el paso y deslizó la yema de su dedo sobre la dúctil pantalla de su teléfono. -."Hola, que no sé nada de ti".-          Miró durante unos segundos cómo el mensaje era recibido y esperó pacientemente escuchar el dulce sonido de la respuesta. No llegó, al menos durante ese día. -."¿Qué curiosas son la relaciones humanas, que pasan de un extremo a otro".-  se dijo R. para sus adentros. La verdad era que no le extrañaba aquello, no era la primera vez que  había experimentado esta situación : la del paso del todo a la nada. Dentro de su mente empezaron a  definirse rostros, palabras y sentimientos que se esfumaron de golpe, como una niebla de la mañana, eran las experiencias pasadas, dolorosas, inexplicables, intensas. -."Tal vez yo sea demasiado extremo en mis pasiones,

         Los años habían sido buenos maestros, porque con su pedagogía cruel enseñaron a Rot los intrincados senderos de la existencia. Le iniciaron en un camino del que apenas sabía cuando empezaba e ignoraba absolutamente su final.           El final del camino no eran más que especulaciones, que iban desde un lugar maravilloso hasta , como afirmaban otros , los que mostraban más fe de todos, en el que no había nada más que la oscuridad del no-ser.          Rot quiso revelarse contra esta fatalidad, contra el sin sentido, intentando crear con su propia mente un nuevo culto  a la no desesperación. Conforme pasaba el tiempo sentía un vértigo extraño y sutil, con la misma impresión de aquellos  que van por vez primera a una estación de metro y experimentan el aire inyectado de los trenes en los túneles, en los momentos previos a su entrada triunfante. -."Con mi mente voy a frenar el tiempo, porque el tiempo es relativo a mi".- con estas ideas intentaba atrapar el dimi

         A R. le costaba dormir, nunca quiso reconocerlo, era algo parecido a un secreto íntimo y personal. Sabía la razón, tenía miedo.  El temor a no poder controlar nada de lo que sucedía en aquellas horas oscuras y perdidas en un cosmos  desconocido. Cada vez que se tumbaba en el lecho, tenía la sensación de embarcarse en una nave sin rumbo. -."Tal vez no despierte, tal vez cierro los ojos y no los abro".- se decía constantemente.          Los temores le atormentaban, y sintió la profunda necesidad de liberarse. -."Voy a dormir, a navegar en los mares de la esperanza, a desear abrir los ojos en miles de amaneceres, me tumbaré en un tapiz de hierba, en un mundo de nubes y deseos  capaces de empujar mi espíritu herido y cubrirlo con el oro de los cuentos antiguos".-          La última noche fue la primera, la oscuridad nacida de los crepúsculos inevitables, se escurrió por entre sus pupilas oscuras y le empujaba dulcemente al sueño. -."Tras  mis p

       Los días se hacen más largos en las tardes de verano, parece que el calor ha dilatado los átomos de tiempo, las partículas que construyen  la respiración.          Aquel verano fue especial, como todos los veranos, como todos los crepúsculos vividos rodeado de mar y de sal. El crepúsculo acuchilló la nostalgia y sólo pude adivinar entre las multitudes de veraneantes el perfil de tus ausencias. No es que me importe, o que me duela el que desaparezcas, la vida consiste en eso, en dinámica, en realidades que desaparecen y otras que surgen. Pero envidio la serenidad de las estatuas, en sus presencias eternas, desenterradas de un pasado que siempre es presente.          La mirada de la estatua se pierde tras de mi, en un horizonte ciego y hermoso. Indiferente a las miradas que le desean y pretenden arañar su epidermis de mármol. Su presencia es pura superficialidad, pura apariencia, invocando un interior que está únicamente dentro de aquel que la contempla. Sentirme estatua e

         R. yacía desnudo sobre la cama, pensativo, sintiendo el leve sueño del despertar tras una noche difícil. El calor bañó su piel durante horas , enredándolo en su torbellino de hilo y oscuridad. Aquella noche la pasó solo, alguien se fue y decidió que su camino era otro diferente al del propio R. -."Otra vez lo mismo".-  efectivamente no era la primera vez que se sentía abandonado, aun cuando los recuerdos seguían vivos, indelebles, y se hacían presentes como  espíritus nouménicos en una noche de magia y drogas. Pero lo verdaderamente real era que él no estaba allí cuando abrió sus ojos. -."Si sentías cosas, si esas cosas eran lo mismo que yo siento ahora es la señal de que no me entiendo a mi mismo".- se decía para sus adentros, arañando los rincones de su pensamiento con el mismo ensañamiento de rascar una picadura de mosquito. En ese momento pudo escuchar la puerta abrirse despacio y cerrarse con un suave golpe.          R. Miró hacia el umbra

         R. daba pasos rápidos y cortos, parecía que quería alargar el momento, sentir con profundidad la expectación, la sorpresa. Al final de la calle, en la esquina, estaba él. Bajo el sol abrasador de julio en Madrid. Su figura se giró y le vio, dibujando una sonrisa que era visible en la distancia. -."Hola...".- dijo R. con timidez. Al estrecharse las manos, sintió la cálida humedad del sudor y luego la sensación fría de la brisa vespertina en las palmas de las manos abiertas, entre los dedos separados, testigos mudos de un afecto profundo y eterno. Sólo hacía un mes de su primer encuentro, fue algo fortuito, igual que todas las cosas importantes de la vida, porque nacer es fortuito y también lo es morir. Se encaminaron lentamente hacia el Museo, el arte era una afición común, algo interesante y fascinante para ambos. -."No es fácil encontrar alguien como tú".- dijo R. Mirando hacia la lejanía inmediata de la calle. Sus ojos rozaban con rapidez el gris de

         Aquella mañana de verano R. decidió levantarse de la cama y romper el vidrio etéreo que le impedía sentir la vida en primera persona,  desarmar el artilugio interno de su propio yo, construido con la ingeniería de las frustraciones y los sueños difuminados en amaneceres tempestuosos. Había decidido avanzar, como aquella diosa sentada en un carro arrastrado por leones, arrastrado por la fuerza de los sentimientos, de la vida misma. Tomó el teléfono en sus manos y marcó el número con las yemas insensibles de sus dedos. .-"Hola...soy R.".- la voz surgió cono si fuera la primera vez que pronunciaba su propio nombre, con asombro, con miedo. El aire se volvió éter en su pecho, el quinto elemento vivificador, esperanzador. _." Te llamo para decirte que si...".-          Y fue un sí a continuar el camino de la existencia, de la propia identidad, de la consciencia plena...el nuevo comienzo de los dioses íntimos, de las palabras que pesan en el pentagrama

           Me pregunto qué tiene que ver el alma con la tierra, porqué ha de existir un vinculo íntimo entre la materia pesada y la etérea. -."No existe el quinto elemento".- me repito constantemente.          Me paso la vida intentando disociar estas realidades, intentando convertir lo material en un sueño, las circunstancias violentas de la propia existencia, en simples elementos que puedo manejar y conducir por el misterioso e invisible camino de mi historia.      Pero no lo consigo, tal vez porque el camino no puedo diseñarlo yo, no puedo evitar que tenga vueltas tortuosas, delirantes, de un barroquismo extremo y decadente. No es cierto que seamos capaces de diseñar la propia vida conforme a los modelos que hemos soñado y deseado. Lo único que nos queda es la manera de mirar el camino. -."He decidido caminar sin mirar siempre adelante, hacia el futuro. He decidido amar las flores de las cunetas fugaces, admirar  el monte grisáceo y lejano que se deforma a

R. quiso existir en medio de la cálida noche de verano,  tumbado en la cama, con los ojos abiertos  y espectantes. En un lecho que desaparecía ante el peso de su cuerpo, de su espalda, de sus hombros hundidos en la almohada. Frenéticamente escribía en el teclado de su teléfono, como un alquimista trabajando en la diminuta fragua donde el plomo cambiaría para alcanzar un electrón que le hiciera ser oro. Eso era, pretendió, por momentos, ser el rey Midas del amor, de la pasión, de los sentimientos. -."No olvides ante quien estás, no olvides que tus palabras  pueden derrumbar el muro de la inconsciencia, que disuelven el oro en un ácido de ingenuidad y calor".- -."No olvides que los sueños no solo son sueños, son vida, son tiempo y respiraciones que se pierden en una atmósfera transparente".- .-"Recuerda siempre que el tono de tu voz no ha de pasar desapercibido dentro de la cavidad de mi mente, de mi corazón".- Entonces las lágrima

         R. nunca supo realmente en qué consistía estar solo. Siempre vivió acompañado de alguien, de personas, de recuerdos de proyectos, de ilusiones... incluso mirándose al espejo llegaba a pensar que , aquella imagen reflejada sobre la luna fría y de brillo metálico del cristal, era  otra persona que le estaba observando con curiosidad, como intentando escudriñar el misterio de una imagen nueva, desconocida y críptica.          Buscar el misterio de la soledad, despejar el velo negro y  tupido que ocultaba aquel extraño altar de la simplicidad más absoluta, se había convertido en la obsesión cotidiana, algo así como la aventura vital y existencial que estaba moviendo cada uno de sus pasos. -."No estoy solo".- era la parte esencial de su credo, la confesión de fe que predicaba en los desiertos llenos de multitudes, de masas y mareas humanas, de biografías que se entrelazaban construyendo una cota de acero, que le evitaba sentir los dardos de una realidad que se

         La tempestad fue cruel, nunca lo imaginas, no puedes siquiera llegar a pensar la magnitud de algo que sólo ha existido en tus miedos . Se piensan todas las cosas, y  las peores no las magnificas,  al contrario, solo se agranda lo nimio, lo inconsistente. Pero las cosas grandes son demasiado grandes cuando se revelan , cuando muestran su realidad, dura, fría, acerada, sin compasión. -."El mundo no tiene corazón, sólo yo lo tengo. Soy yo el que ha de poner el sentimiento y la pasión en la materia rocosa de las circunstancias".-          Llegó el momento del adiós, y tras el destrozo de unas olas víricas y grises, ha llegado el remanso, la calma, la desesperación de un horizonte invisible, por fin tus ojos azules, casi grises, procedentes de otras latitudes se han disuelto en el mar, se han perdido en las orillas de un océano que se agrandó con mis lágrimas, con mi dolor, con mis manos deslizándose sobre el tibio cristal que me separó de ti. -."Que sepa

         Si los caminos son largos y tortuosos, si los senderos se pierden en la espesura de la vida y de la muerte, en la tragedia de una existencia que es espesa, dura, como un mar de lodo, como un océano de roca.Si vivir es un enjambre de historias inconclusas, de sueños frustrados, de despertares a destiempo. Entonces es necesario volver a sentir, volver a pensar que estamos presentes en un mundo de sombras. -."Sé que tengo que buscar la esperanza, que tengo que levantar de nuevo las columnas de un templo invisible, espantar al ángel que me recuerda el fin de las cosas con el ruido de sus plumas".-          Vivir es volver a vivir, es renacer a cada instante, es reconstruir sobre las ruinas de una Troya existencial, es creer que crees, saber que no sabes, morir a la muerte, vivir la vida. Vivir es el verbo Eterno, el verbo Ser el sentir que la sangre evoluciona como un torrente interior, como un  susurro del aire por entre las hojas de los robles, de las encinas,

         Te acercas al momento culminante, al espacio de no retorno, al último paso de tu vida. Se aproxima la barrera definitiva que corta el proceso de tu existencia, y no lo quieres saber, no quieres mirarlo, ni pensarlo.          Han sido muchos años, pero todos tan cortos, tan pequeños, tan minúsculos en un mundo que parece no acabar , no querer terminar. Tus manos son débiles y torpes, aquellas mismas que eran la encarnación de la fuerza y el acto certero. Tantas veces fueron  creadoras de pequeños y grandes mundos. Tos ojos grises se han vuelto opacos, y lo que eran diamantes son ahora dos guijarros dulces y pulidos por el rio de las circunstancias.          Y cuando presiento tu final siento miedo, miedo por ti y también por mí, tengo miedo a morir, no soy un héroe, ni un mártir, ni quiero serlo. Ver cómo se termina tu vida me hace acercarme al filo del precipicio de mi propia existencia, de mi propia desesperación. Y me embarco en las naves de la fe, esperando los vi

         Llegarán muchas primaveras, volverá a caer el agua del cielo, y la luz se deslizará en cascadas misteriosas sobre la superficie verde y brillante de las hojas de los árboles. Llegarán de nuevo a cantar las aves orgullosas de su belleza, portadoras de amaneceres y atardeceres llenos a de amor.          Otra vez será el día el rey, y el sol no hará daño atrayéndonos con sus rayos propios de un dios, de un ser inmortal y hermoso. -."Me gusta verte".- te dije sonriendo, pretendiendo decirlo de paso, sin darle importancia, aun cuando era lo más importante que había pronunciado ese día. -."y a mi también...lo sabes".- me respondiste -."No, no lo sé".- y reí con ganas y lleno de felicidad. Tus ojos verdes eran más verdes que nunca, más vivos que la propia vida y me llenaban de amor de felicidad de fuerza...de un nuevo mundo que se abría como una flor en primavera.

       De nuevo te he visto caminar, te he visto fijar la mirada en el  espacio misterioso e interior de mi espíritu. Otra vez te miro y no me canso, no puedo evitar adorar tu existencia, postrarme ante la invisibilidad de tu alma bendita y destrozada por las cuchillas de mi deseo. -."Cuanto tiempo sin verte".- fue una súplica por mi parte, un lamento, un cántico fúnebre que sólo espera despertar la esperanza en que la muerte no tiene la última palabra. -."Sí, es verdad. Hace mucho...¿cuanto"-. ni siquiera lo sabias, lo olvidaste porque has vivido muchas cosas, muchos momentos, muchas manos te han tocado y te han tomado. -."Me duele que digas eso...me haces daño y lo sabes".-          No, realmente nunca lo sabrás. No tienes idea del dolor que experimenta el que ha vivido el desamor, el abandono. Pero es inútil decirlo pensarlo siquiera. No me merece la pena el amor, ni la vida, ni el placer porque existe el desamor, la muerte y el dolor. Pero el a

         Era una noche como otra cualquiera, ni siquiera podría decirse que era diferente por la temperatura. Al contrario, era una noche de invierno igual a todas, como fabricadas mediante  un molde gigantesco por un Dios funcionario del Estado Eterno del Cosmos . Hacía  frío y la humedad de las últimas lluvias reforzaban la sensación de invierno. Pero estabas allí, podía percibir el perfil de tu sonrisa, de tus labios finos y sinceros. Sabía que me mirabas, aun cuando tus ojos se fijaban en otras personas, en otras cosas. Sabía que tus oídos se agudizaban cada vez que yo decía algo y sabia perfectamente que yo era tu objetivo. -."No sigas mirándome de esa manera, aparta las estrellas del firmamento de mis sombras, del terciopelo del alma rasgada por las soledades".-          Volviste a sonreír, y seguías arrastrando tus miradas, con la seguridad de que no podía resistirme a tu poder.          Entonces comenzaste a relatar  la historia de tus sentimientos, la aven

         Los años pasan, cada vez soy más viejo, y aun así la primavera sigue rozando mis mejillas. Parece mentira que, a pesar de haber vivido tanto...tanto...sigo asombrándome de la belleza y no puedo dejar de preguntarme  ¿qué pasará con ella cuando todo acabe? .          Es cierto que todo acabará, pero será un todo concreto, de sus cenizas, de su rastro, de su sombra etérea nacerá otro "todo" , otras flores se abrirán al paso del carro de oro de la  Magna Mater, Otros bosques se alzarán tras mi muerte, y otro yo volverá a nacer eternamente, arrancando en una novedad infinita, nacida del absoluto olvido, de la absoluta nada momentánea que significa el tránsito.          Este eterno círculo de la primavera, esta danza infinita de musas antiguas y perfectamente bellas, me hace sonreír y no temer más a la muerte ni a la vida y nace la esperanza por encima de todo resentimiento, de todo odio frustrado. Nacerá otra vez la experiencia profundamente humana del asombro, d

         Me pregunto qué es lo importante. Siempre he escuchado mensajes sobre la trascendencia de las cosas o de la situaciones, sobre lo necesarias que son algunas cosas, como la salud, el dinero, la suerte, los amigos, la familia. Estas verdades transmitidas por mi cultura se han convertido en algo connatural a mi propia vida. Lo importante debe ser algo sin lo cual no puedo vivir, o al menos la vida se hace imposible, o muy difícil,. y llevo ya unos días intentando saber qué es lo importante en mi existencia..          Importante es el amor... tal vez, pero  no sé que decirte...porque llevo ya mucho tiempo sin él, por mucho que me digan de si la gente me quiere o no. Y a pesar de todo sigo respirando.          Importante es el dinero, y realmente sí tiene su importancia, he de reconocer que es de esas cosas que me sacan de la cama a diario. No quiero pensar con ello que esta situación sea buena, realmente no lo es. Pero es una realidad y los muros de piedra nunca se han tr

         Tenemos sensaciones de cosas que son falsas. Al menos llegamos a pensar que las tenemos, pero las construimos de modo artificial, y muchas de ellas son transmitidas por la cultura. Creemos que el amor eterno no existe,  que la felicidad perpetua solo es un acto de fe, que no hay una   transmigración de los sentimientos, como heredados de padres a hijos, en los que se sustenta el amor filial.. Pero la principal de estas visiones falsas es  aquella que niega eternidades al margen de lo divino.  Sólo hay una infinitud, tan perfecta que impide la coexistencia de otras infinitudes. Tal vez sea porque el modelo mental de lo infinito es absolutamente geométrico  material, que somos incapaces de concebir otros modelos metafísicos.        Estas creencias  determinan toda la existencia., y nos hacen levantar los edificios del futuro en terrenos fangosos, inestables, arenosos como  riveras de ríos impredecibles. porque  afirmamos los elementos más importantes de nuestra vida sobr